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Nuevo futuro: ¿cómo venceremos las enfermedades más mortíferas?

  • Salud
Nuevo futuro en medicina

Realmente necesitamos un nuevo futuro. Superando obstáculos en forma de cambio climático, coronavirus o catástrofe, el hombre y el futuro de la medicina están en juego.

La ciencia médica ha producido algunas soluciones increíbles a problemas desafiantes a lo largo de las décadas. Tenemos desde antibióticos para combatir la infección bacteriana hasta tecnología de imágenes para observar dentro de los pacientes sin usar un cuchillo.

Es difícil predecir lo que sucederá a continuación, pero la ciencia ha abierto recientemente algunas puertas realmente emocionantes para el futuro del tratamiento médico.

El nuevo futuro que nos espera

La medicina ya no es sólo biología y drogas. La informática, la ingeniería, la nanotecnología y muchas más disciplinas están proporcionando ahora nuevas soluciones a problemas antiguos.

En los hospitales del futuro, la realidad aumentada podría permitir a los cirujanos ver a través de sus pacientes. Y las lentes de contacto podrían controlar el azúcar en la sangre para los diabéticos. Las extremidades protésicas vinculadas directamente al sistema nervioso podrían permitir a los amputados moverse y sentirse con solo pensar. Mientras las impresoras 3D podrían utilizarse para crear un kit médico personalizado, o incluso órganos de reemplazo completamente en funcionamiento, bajo demanda.

Estamos aprendiendo cómo reentrenar nuestros propios sistemas inmunológicos para defendernos de enfermedades mortales. Y estamos desarrollando tecnología que podría permitir que nuestra propia genética sea modificada y cambiada sobre la marcha en ese nuevo futuro.

La comunidad científica tiene acceso a un conjunto masivo y en rápida expansión de datos de pacientes de todo el mundo. Y a medida que profundizamos en la bioquímica de la enfermedad, aparecerán nuevas formas de tratar con precisión la enfermedad.

La tecnología y los kits de pruebas en el hogar podrían monitorear los primeros signos de enfermedad. Y los tratamientos personalizados podrían entregarse en función de nuestras propias huellas genéticas y bioquímicas únicas, minimizando los efectos secundarios y maximizando nuestras posibilidades de recuperación.

Enseñar al sistema inmunológico antes de que se encuentre con la enfermedad real

Nuestra defensa natural contra la enfermedad es nuestro sistema inmunológico. Este ejército de células trabajan juntas para patrullar el cuerpo y destruir cualquier cosa que no deba estar allí.

Se dividen en dos partes: un sistema «innato» de respuesta rápida que hace la guerra a la primera señal de problemas y un sistema «adaptativo» lento y especializado que ofrece un ataque más fuerte y centrado.

Ir a la lucha por ese nuevo futuro entrenados

La primera vez que el sistema inmunitario se encuentra con una nueva infección, las células inmunitarias especializadas tardan hasta una semana en aparecer. En este tiempo el patógeno puede multiplicarse y las personas pueden enfermarse. Las vacunas evitan este paso al darle al sistema inmunológico la oportunidad de entrenar de antemano.

La primera vacuna fue desarrollada por Edward Jenner en 1796. Notó que las mujeres que ordeñaban no contraían la viruela; ya que se exponían a una enfermedad similar, la viruela de vaca, y sus sistemas inmunes fueron entrenados mejor. Jenner probó a intentar infectar a un niño con viruela bobina y descubrió que obtenía protección contra la viruela.

Las vacunas se desarrollan contra docenas de enfermedades infecciosas desde entonces. En el nuevo futuro de la medicina se están haciendo para enseñar al sistema inmunológico a combatir otras enfermedades.

Entrenamiento del sistema para este nuevo futuro

Las vacunas son como un programa de entrenamiento para su sistema inmunológico, dándole una buena pista de que enemigos que podría encontrar en el futuro para que pueda prepararse con anticipación. Se pueden hacer de diferentes maneras, pero por lo general contienen bacterias o virus inactivos, o ejemplos de moléculas que hacen los patógenos.

Nuevo futuro para la medicina

Cuando se ha inyectado la vacunación, nuestro sistema inmunológico viene a echar un vistazo. Se examinarán las partes del patógeno para averiguar la mejor manera de atacar, como si estuviera luchando contra algo real. Después de que la vacuna haya sido limpiada, algunas de las células que lucharon contra ella permanecen en el cuerpo en patrulla como ‘células de memoria’.

Cuando se encuentran con el patógeno real, nuestro sistema inmunológico estará listo para responder. En lugar de pasar tiempo resolviendo qué hacer, las células de memoria que quedan de la vacuna se clonan instantáneamente, produciendo un ejército de células que pueden eliminar la infección antes de que nosotros enfermemos.

¿Encontrar la cura es tan difícil?

Lo es, pero en ese nuevo futuro del que hablamos, y que poco a poco será realidad, lo conseguiremos. Pongamos un ejemplo. El VIH sutura su propio genoma en el genoma de un tipo particular de célula inmune (glóbulos blancos conocidos como CD4) para que los dos estén permanentemente unidos entre sí.

El tratamiento antirretroviral puede impedir que el virus haga copias de sí mismo, pero no pueden deshacerse de él por completo a menos que se maten las propias células inmunitarias.

Un paciente de Berlín tenía cáncer y necesitaba un trasplante de médula ósea. Fue destruido su propio sistema inmunológico, portador del VIH, y reemplazado por células donantes. Tenían una mutación genética que dificultaba que el VIH los infectara, y el paciente se curó del virus. Sin embargo, por muy bonito que parezca este nuevo futuro de la medicina los trasplantes de médula ósea son muy arriesgados. No hay suficientes donantes disponibles, por lo que no es una solución práctica para librar al mundo del VIH por completo. La donación es fundamental.

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